¡Ah, el buen tiempo, cómo nos gusta a todos! El sol, la piscina, la playa…
Sin embargo, es cierto que conducir en los meses de julio y agosto puede convertirse en un “infierno” debido a las altísimas temperaturas que, además, suponen un gran peligro: circular con más de 24°C produce somnolencia y fatiga, aumentando el riesgo de accidente.
- Descansa bien. Siempre es importante iniciar un viaje descansado. Pero con calor, mucho más. Por eso, duerme bien y no consumas medicamentos o alcohol en las horas previas. Huye también de las comidas copiosas.
- Evita conducir en las horas centrales del día. ¿Sales de vacaciones? Si es posible, ponte en marcha a primera hora, sobre las 6:30 h, ya que son los momentos más frescos de la jornada.
- Para cada dos horas. Estira las piernas y bebe agua o refrescos fríos. ¡Verás qué bien te sienta!
- Haz un uso inteligente del aire acondicionado. Trata de mantener una temperatura en el interior del coche de entre 19°C y 24°C, vigilando que el aire no te impacte en el pecho o en la cara. Y si no tienes aire acondicionado, baja un poco las ventanillas.
- Viste cómodo. Usa ropa fresca y holgada. Y nunca, nunca conduzcas con chanclas, pues el pie se puede resbalar.
- Utiliza gafas de sol. Te protegerás de la radiación solar y de los reflejos.
- Aparca en la sombra. Si no tienes prisa, dedica unos minutos a buscar un sitio en la sombra para dejar el coche. La diferencia cuando vuelvas a por él será de hasta 15°C menos que si lo hubieras dejado al sol.
- ¡No dejes a los niños dentro del coche! Ni cinco minutos ni siquiera uno. En los más pequeños la temperatura corporal sube más rápido que en los adultos y podrías llevarte un gran susto en un abrir y cerrar de ojos. ¡Y lo mismo para tus mascotas!
Feliz viaje… ¡Y felices vacaciones!