El cambio al vehículo eléctrico está provocando una verdadera revolución al sector de la automoción y al mundo. Primero, por el mercado de los fabricantes y suministradores, ya que los
motores son más sencillos que los de combustión y muchas empresas que producen aceites, bujías, refrigerantes… pueden ver menguados sus beneficios en los próximos años. Al mismo tiempo
que las creadoras de baterías, motores eléctricos, circuitos de carga… etc… van a salir beneficiadas de este cambio.
Cambiaremos un mundo dominado por el petróleo y el carbón, al litio. El elemento que necesitan las baterías de los coches eléctricos para funcionar.
Aparecen nuevos fabricantes. Tesla es el que está encabezando este cambio, por ejemplo desmontado esa sensación de “calma” de los coches eléctricos. Su modelo Model S P85D, es capaz de alcanzar los 96 km/h en solo 2,5 segundos en línea recta. ¡Y sin motor de combustión para conseguirlo! Pero también es conocido el coche eléctrico de Google sin conductor y se rumorea, que Apple puede estar trabajando en uno.
Esta fuerte competencia está llevando a buscar soluciones cada vez más eficientes, como la implantación de plataformas modulares en la organización de la producción, algo que ya están realizando en los principales fabricantes europeos: PSA Peugeot-Citröen, Volkswagen y Renault-Nissan.