Antes de contratar tu seguro, es fundamental que compares entre varias alternativas. No lo veas como un gasto de tiempo, sino como una inversión. ¡Así conseguirás una póliza adaptada a tus necesidades! Y para ello hay una serie de puntos a tener en cuenta:
- Piensa qué coberturas necesitas (de verdad). Según aumentes las coberturas, lo hará igualmente la prima que pagas.
¿Robo? Si tu coche “duerme” en garaje o tiene cierta antigüedad y no resulta apetecible para los amigos de lo ajeno, tal vez puedas ahorrártela.
¿Incendio? Salvo que vivas en una zona muy insegura o de riesgo meteorológico, también puedes ahorrártela.
¿Vehículo de sustitución? Si no eres un profesional del volante y durante el tiempo que estás sin coche te pueden prestar uno o tienes la opción de ir en transporte público, no es una cobertura indispensable.
- ¿A todo riesgo o a terceros? Frente a la gran pregunta, no hay una respuesta definitiva. Aunque, en general, se recomienda un seguro a todo riesgo durante los tres primeros años del coche porque en caso de siniestro se recuperaría gran parte de su valor. Y un seguro a terceros, a partir del cuarto año.
- ¿Con franquicia o sin franquicia? Si te consideras un buen conductor, puedes abaratar tu seguro con una franquicia (tú te haces cargo de las reparaciones hasta una cantidad determinada).
- Apóyate en los mediadores. En caso de dudas, puedes acudir a un mediador de seguros de confianza. No supondrá mayor coste para ti como asegurado y te ayudará antes, durante y después de la contratación de tu póliza.
Con estos consejos, ¡seguro que aciertas!